EXCELENCIAS DE LA LEY DE DIOS
Bienaventurados los perfectos de camino, los andan
en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con
todo el corazón lo buscan; Pues no hacen iniquidad. Los que andan en sus
caminos. Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos. ¡Ojalá fuesen
ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo
avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos. Te alabaré con rectitud
de corazón cuando aprendiere tus justos juicios. Tus estatutos guardaré; No me
dejes enteramente. CON QUE LIMPIARA EL
JOVEN SU CAMINO CON GUARDAR TU
PALABRA. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus
mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Bendito tu, oh Jehová; Enséñame tus estatutos. Con mis labios he contado todos
los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de
toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me
regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras. Haz bien con tu siervo;
que viva, y guarde tu palabra. Abre a mis ojos, y miraré las maravillas de tu
ley. Forastero soy en la tierra; No encubras de mí tus mandamientos.
Quebrantada está, mi alma de desear tus juicios en todo tiempo. Reprendiste a
los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos. Aparta de mí
el oprobio y el menosprecio, porque tus testimonios he guardado. Príncipes también
se sentaron y hablaron contra mí; Mas tu siervo meditaba en tus estatutos, pues
tus testimonios son mis delicias y mis consejeros. Abatida hasta el polvo está
mi alma; vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has
respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos,
para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según
tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia
concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante
de mí. Me he apegado a tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences. Por el
camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón. Enséñame, oh
Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin. Dame
entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la
senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón
a tus testimonios y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en
tu camino. Conforma tu palabra a tu
siervo, que te teme. Quita de mí el oprobio que he temido, porque buenos son
tus juicios. He aquí yo he anhelado tus mandamientos; VIVIFICAME EN TU JUSTICIA. VENGA
A MI TU MISERICORDIA, OH JEHOVÁ; TU SALVACIÓN, CONFORME A TU DICHO. Y daré
por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado. No quites de mi
boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero.
Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente. Y ANDARÉ EN LIBERTAD, PORQUE BUSQUE TUS MANDAMIENTOS. Hablaré de
tus mandamientos delante de los reyes, y no me avergonzaré; Y me regocijaré en
tus mandamientos, los cuales he amado. Alzaré asimismo mis manos a tus
mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos. El libro de los Salmos 119:1
al 48. Dios le bendiga. Amén.
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