viernes, 20 de noviembre de 2015

EL NUEVO MANDAMIENTO
“Jesús dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos y, si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos impondrán sus manos, y sanarán.”


Juan 13:34-35 dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

Jesús vino a este mundo en muestra de amor a ti y a mí, no le importo dejar su trono en el cielo para venir a morir en una cruz. Sufrir el desprecio de toda la multitud. Solo imaginarnos a las personas golpearle, escupirle y dañarle físicamente es doloroso; pero, el sabiendo todo esto no se negó.

Juan 1:11-12 dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”

El vino por un pueblo, vino por una nación. Pero ellos no le recibieron pero nosotros somos bienaventurados porque dice: Más a todos los que le recibieron, a los creemos en Jesús, nos fue dado potestad de ser hechos hijos de Dios. ¿Puedes imaginarte este gran amor? Aun sabiendo que muchos le negarían, muchos le rechazarían él no se negó y tuvo compasión y con gran amor hacia nosotros.
Teniendo presente todo el sufrimiento y la muerte en la cruz, notamos nuevamente el fiel amor de Jesús hacia ti y así mí:

Lucas 23:34 dice:   “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”

Pide al Padre Celestial que perdone a la humanidad porque no sabíamos lo que hacíamos. Los que crucificaron a Jesús no fueron los romanos, ni los judíos. Fueron tus pecados y mis pecados. Es por eso que el mensaje de Jesús en la tierra se resume en el nuevo mandamiento que dice:

Juan 13:34-35 dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

Él nos invita a amarnos los unos a los otros. A que amemos al prójimo; pero tú dirás. ¿Quién es mi prójimo? ¿Y cómo he de amarlo?
Analiza conmigo esta cita:

San Mateo 25:34-36 dice: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”

Nuestro prójimo es aquella persona que vemos todos los días que pasa hambre, aquella persona que nos pide ayuda para algo de tomar o comer, aquel amigo que nos pide techo por una noche, aquel que no tiene para comprarse ropa. Y fíjate que con esto de la ropa es importante, analicemos esto: Génesis 3:21 “Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Dios vistió a Adan y Eva, porque Dios no quería que ellos pasasen vergüenza y desgracia. Pero, continuemos; dice también que es aquel que está enfermo ¿Has tenido la oportunidad de ir a un hospital? Ahí están los enfermos, los necesitados de una palabra de aliento, los necesitados de una mano amiga; los que están en las cárceles. Todos ellos son nuestro prójimo.

Y termina diciendo: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Mostrando el amor que Jesús nos dio al morir en una cruz; los demás verán que somos discípulos de Jesús. Wow! Imagínate ser llamado: Discípulo de Jesús, es un gran privilegio y un gran honor. Pero, tú dirás ¿y solo amando a mi prójimo? Jesús lo dijo.

Y termino con esto: 1ra. de Corintios 13:4 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.”




Recuerda Jesús vino un día, entregó su vida, dejo su trono por ti y por mí. Él nos pide que nos amemos los unos a los otros, que nos ayudemos los unos a los otros. Que hagamos su voluntad, porque somos sus hijos.
No olvides que Dios te ama y quiere lo mejor para tu vida. 
Amén!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Versículo del mes

Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. Isaías 41:13

Redes Sociales

Vídeo del mes

Versículo del día

Publicaciones Recientes