lunes, 14 de septiembre de 2015

JESÚS, EL PAN DE VIDA
Y hallándole al otro lado  mar, le dijeron: Rabí, ¿Cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: de cierto de cierto os digo  que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque  comisteis el pan y os saciasteis. TRABAJAD, NO por la comida que perece, SINO POR LA COMIDA, QUE A VIDA ETERNA PERMANECE, la cual el hijo del hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el mana en el desierto, como está escrito: pan del cielo les dio a comer. Y Jesús les dijo: de cierto, de cierto os digo: No os dio moisés el pan del cielo, mas mi padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: yo soy el pan de vida; el que a mi viene nunca tendrá hambre; y el que cree en mí no tendrá  sed jamás. Más os he dicho que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el padre me da, vendrá a mí; y al que a mi viene, no le he hecho fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del padre, el que me envió: que todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: yo soy el pan que descendió del cielo y decían: ¿no es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo pues, dice este del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo: no murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir, si el padre que me envió no le trajere; y yo le resucitare en el día postrero. Escrito está en los profetas; y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al padre, y aprendió de él, viene a mí. No que alguno haya visto al padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al padre. De cierto, os digo; el que cree en mí, tiene vida eterna. YO SOY EL PAN DE VIDA. Vuestros padres comieron el mana en el desierto, y murieron. Este es el pan que descendió del cielo, para que el que de él come, no muera. YO SOY EL VIVO que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿cómo puede este darnos a comer su carne? Jesús les dijo: de cierto, de cierto os digo: sino coméis la carne del hijo del hombre y bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre TIENE VIDA ETERNA; y yo lo resucitare en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en él. Como me envió el padre viviente y yo vivo por el padre, así mismo el que me come, el también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el mana, y murieron; el que come de este pan, VIVIRÁ ETERNAMENTE. San juan: 6:25 al 59. Bendiciones

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