JESÚS,
EL PAN DE VIDA
Y hallándole al otro
lado mar, le dijeron: Rabí, ¿Cuándo
llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: de cierto de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las
señales, sino porque comisteis el pan y
os saciasteis. TRABAJAD, NO por la
comida que perece, SINO POR LA COMIDA,
QUE A VIDA ETERNA PERMANECE, la cual el hijo del hombre os dará; porque a
éste señaló Dios el Padre. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner
en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de
Dios, que creáis en el que él ha enviado. Le dijeron entonces: ¿Qué señal,
pues, haces tú para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres
comieron el mana en el desierto, como está escrito: pan del cielo les dio a
comer. Y Jesús les dijo: de cierto, de cierto os digo: No os dio moisés el pan
del cielo, mas mi padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios
es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: señor, danos siempre
este pan. Jesús les dijo: yo soy el pan de vida; el que a mi viene nunca tendrá
hambre; y el que cree en mí no tendrá sed jamás. Más os he dicho que aunque me
habéis visto, no creéis. Todo lo que el padre me da, vendrá a mí; y al que a mi
viene, no le he hecho fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi
voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del padre,
el que me envió: que todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había
dicho: yo soy el pan que descendió del cielo y decían: ¿no es este Jesús, el
hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo pues, dice este del
cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo: no murmuréis entre vosotros.
Ninguno puede venir, si el padre que me envió no le trajere; y yo le resucitare
en el día postrero. Escrito está en los profetas; y serán todos enseñados por
Dios. Así que, todo aquel que oyó al padre, y aprendió de él, viene a mí. No
que alguno haya visto al padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al
padre. De cierto, os digo; el que cree en mí, tiene vida eterna. YO SOY EL PAN DE VIDA. Vuestros padres
comieron el mana en el desierto, y murieron. Este es el pan que descendió del
cielo, para que el que de él come, no muera. YO SOY EL VIVO que descendió del
cielo; si alguno comiere de este pan vivirá para siempre; y el pan que yo daré
es mi carne la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos
contendían entre sí, diciendo: ¿cómo puede este darnos a comer su carne? Jesús
les dijo: de cierto, de cierto os digo: sino coméis la carne del hijo del
hombre y bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y
bebe mi sangre TIENE VIDA ETERNA; y yo lo resucitare en el día
postrero. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en él. Como me envió
el padre viviente y yo vivo por el padre, así mismo el que me come, el también
vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres
comieron el mana, y murieron; el que come de este pan, VIVIRÁ ETERNAMENTE. San juan: 6:25 al 59. Bendiciones
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